martes, 14 de febrero de 2012

El ordenador como recurso didáctico

INTRODUCCIÓN A LA TIERRA EN EL UNIVERSO
A lo largo de la historia del pensamiento han dominado las ideas que sitúan al hombre como el centro del Universo, esto es conocido como perspectiva antropocéntrica. Superar esto ha resultado y resulta, aún en nuestros días, un proceso lento y costoso, donde los científicos luchan contra prejuicios, mitos y creencias.
Para los antiguos egipcios, babilonios o chinos, la Tierra era plana, se encontraba inmóvil y estaba situada en el centro del Universo (hay que tener en cuenta que hasta principios del siglo XX no se distinguía entre Sistema Solar y Universo), y en torno a ella giraban el Sol, la Luna y las estrellas. Esta concepción del mundo es la Teoría Geocéntrica.
Sin embargo, a partir del siglo III a. C. el astrónomo griego Aristarco de Samos enunció la Teoría Heliocéntrica. Dedujo, mediante cálculos matemáticos y observaciones astronómicas, que el Sol era mucho mayor que la Tierra y estaba situado más lejos que la Luna. También dijo que el Sol era el centro del Universo y que los planetas, incluida la Tierra, giraban a su alrededor. Aquí ya empieza el hombre a perder su protagonismo.
Posteriormente, el año 150 d. C., Ptolomeo recuperó la teoría geocéntrica que permaneció vigente hasta el siglo XVI.
En el siglo XVI, Copérnico propuso de nuevo un modelo heliocéntrico del Sistema Solar. Decía que los planetas giraban en círculos concéntricos alrededor del Sol y además que la Tierra giraba sobre sí misma, lo que producía el día y la noche. Galileo apoyó el modelo heliocéntrico propuesto por Copérnico. Esta teoría tardó en ser admitida debido a la oposición de la iglesia, pero cuando se admitió supuso un cambio en la visión del mundo.
La estructura del Universo, a ojos vista, ha resultado ser mucho más compleja que la prevista por Copérnico o por Galileo, y sus dimensiones son incomparablemente mayores. No solo la Tierra, el Sol tampoco ocupa el centro del Universo, tratándose de una estrella más entre los miles de millones que existen.
Por lo que se llega a la siguiente conclusión: nuestro planeta es uno más entre tantos, que pertenece a un sistema planetario como otros, que se encuentra dentro de una galaxia de tamaño mediano, incluida, junto a otras, en un cúmulo galáctico, y este, a su vez en un supercúmulo,…
Por tanto, el hombre y, con él, la Tierra, ha pasado de considerarse el centro del Universo a ponerse en su lugar, una especie más que habita un minúsculo planeta ante la inmensidad del Universo. Eso sí, una especie singular capaz de reflexionar acerca de la estructura del Universo y del lugar que ocupamos en él.